domingo, 9 de septiembre de 2007

Día del Niño

Cuando era niño esperaba que llegara el 9 de setiembre, en la escuela nos daban helados, confites o queque y mis papás me tenían en la casa algún regalo.

Lo siguiente es un fragmento de un cuento que escribí hace un tiempo.

"... estas calles, que tanto camine ahora las miro y se llena mi cabeza de memorias sobre mi infancia. -¡Que días aquellos!, donde el juego era el dueño de nuestro pensamiento, vivíamos para el juego y por el juego, cosechando amistades que el tiempo tristemente se encarga de alejar… -¡Quisiera volver a mi niñez! y poder disfrutar otra vez, las noches bajo el olmo del lago, junto a los carbuncos; que, con su ternura invitaban al sueño eterno, con el cielo henchido de estrellas y la exhalación del viento en nuestras mejillas".

Fragmento de La Despedida. Pablo Salas

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ser niñ@! Un@ no lo aprecia hasta que ya pasó!
Igual hasta la fecha yo me regalo algo para el día del niñ@!

Anónimo dijo...

hay teoricos modernos q creen q al niño hay que darle una dosis de relidad, con todo lo tràgico que implica la palabra: pèrdida, muerte....
pero todos estan de acuerdo en que el cuento debe inspirar una confianza y una esperanza en que las tragedias de la vida puedan superarse.


a todos los niños que hacen su prekinder para ser adultos.
y a todos los adultos para que dejen hablar y soñar a ese niño que a veces nos juega en el corazon..