sábado, 9 de junio de 2007

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Sibö una mañana de mayo, dejó brotar la lluvia sobre la quietud del bosque.
Las aves en sus nidos cantando expeditas tonadas agradecían su gesto, las flores preparaban sus atuendos para la celebración de los días que se avecinan. Esa mañana mientras todos dormían bajo el olmo junto a la quebrada, nació el hijo de Ayëli. Quizá sea el escogido, para que luche por preservar sus costumbres e ideales ante la tiranía de los demonios.
------P. Salas P.


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